Como es habitual, suelo pararme a leer las noticias sobre ciencia, nuevos descubrimientos o artilugios diversos que tengan algo de curioso a pesar de su inutilidad en gran parte de las ocasiones. Entre otras noticias, estos días me llamó la atención la de que en el futuro nos lavaremos los dientes con un cepillo que no necesitará pasta. La Universidad Marquette (Wisconsin, E.E. U.U.) ha investigado un cepillo de dientes iónico a pila(s).
He aquí la noticia: http://www.elpais.com/graficos/tecnologia/cepillo/dental/futuro/elpgra/20071128elpeputec_1/Ges/
Seguro que os llama la atención. A este paso acabaremos por no necesitar a los odontólogos ... menos mal que Claudia está mirando hacia otros horizontes. (sonrisas)
Bien, otra noticia que ha conseguido fijar mi atención es la siguiente:
Seguro que os llama la atención. A este paso acabaremos por no necesitar a los odontólogos ... menos mal que Claudia está mirando hacia otros horizontes. (sonrisas)
Bien, otra noticia que ha conseguido fijar mi atención es la siguiente:
"LA CIENCIA DE LA ALTA COCINA:Manzanas que saben a vino y rosas, fogones de hidrógeno líquido.
SAN SEBASTIÁN.- Harold McGee, experto de renombre mundial en química de alimentación y cocina, ha asegurado que los "ingredientes más básicos" esconden aún grandes "sorpresas" ya que, por ejemplo, existen manzanas naturales que saben a vino o rosas (...) "
(Si habéis leído mi “Me gusta”, es fácil darse cuenta que lo de los aromas y los sabores va conmigo a donde quiera que yo vaya).
Leyendo la noticia sobre el Sr. Harold, sentí cierto alivio al comprobar que no era la única persona en este mundo, a la que las manzanas le sabían ligeramente a rosas. Intento recordar otras semejanzas, que las he percibido, en más de un alimento. He de decir que hay algo en las uvas Moscatel que también me deja un regusto al aroma y al sabor de los pétalos de rosa.
... Cuando éramos niñas, en el cole, solíamos llevar rosas en el mes de mayo para decorar la clase. Algunas de ellas no llegaban al florero porque las secábamos enteras o por partes dentro de un libro; exprimíamos los pétalos para extraer su aroma o su escaso jugo como si de un caro perfume se tratara e incluso, dábamos mordisquitos para saborearlos.
A mí me gustaban las rosas rojas de aspecto aterciopelado, algo salvajes y llenas de espinas, del patio de mi abuela. Por aquellos tiempos, las rosas olían a rosas, tenían las mencionadas espinas, y os puedo asegurar ... que sabían a rosas.