Avila

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Meseta Castellana
BIENVENIDO

29/8/11

Un veintinueve de Agosto.

Estoy al otro lado de la alambrada, lo sé. Me gusta mirar desde dentro sabiendo que suelo estar fuera.
Este veintinueve de agosto, he recorrido un bosque de recuerdos por caminos que ya hube andado hace más de veinte años. Los árboles abandonados conforman una arboleda algo siniestra y desigual, como en los recuerdos.
Otros años, hace varias décadas, el sol era abrasador a las cinco, igual que esta tarde. Es un día de verano extraño porque yo misma me siento extraña. Había tenido por la noche sueños extraños y el aire, cálido, corre extraño.
Estoy llena de incertidumbres.
He visualizado, con los ojos húmedos, escenas pasadas que casi puedo tocar. Me veo a mi misma, a mis hermanos, a mis padres, a todos los convocados tantos veintinueve de agosto, años atras.

Está todo tan lleno y tan vacío, repleto de interrogantes, de dudas que asaltan cuando entras en un espacio que es casi como otra dimensión.
Yo ya no soy la misma que hubiera imaginado... ni siquiera hace un año.
He recorrido un largo camino, he andado por sendas tan inimaginables y, al fin, estoy en el mismo sitio.
El calor es aplastante, el aire caliente reseca mis pulmones pero no mis ojos. He mirado a lo lejos, al horizonte y he mirado dentro. Sigo caminando, recorriendo los recuerdos y el futuro que será.

Me he alegrado de entrar en esta escena de mis recuerdos rodeada de quienes lo viven como yo, mis hermanos. Hubiera querido compartirlo con más seres queridos.
Me hubiera quedado hasta el anochecer y hubiera mirado las estrellas en busca de preguntas, en todo caso... porque respuestas no hay por el momento.

Estoy deseando seguir caminando hacia el futuro. Y me gusta hacerlo, siempre, acompañada.



Entre mis recuerdos.

9/8/11

Minicuentos: en el Facebook


Desde que hablamos aquel día, hace más de un mes, todo me ha parecido extraño. Como imaginación no me falta, he llegado a pensar que eras un espía, disfrazado de artista, en las redes sociales.
Pensé que tal vez tu precipitada desaparición tenía que ver con una situación límite, en que el enemigo habría, probablemente, cortado los cables de conexión a internet o que un virus "por ondas" habría interceptado la conexión GPRS de tu Smartphone.
Casi respiré cuando descubrí por aquel email, el cuatro de julio, que seguías vivo y con las conexiones latiendo. Estaba yo de vacaciones y con problemas de comunicación.
Respondí, entonces, a la primera oportunidad como si de una espía o contacto secreto se tratara... ¿Cómo y cuándo? Me faltó el dónde. Aún me lamento por esa ausencia de adverbio.

Estuve intranquila porque aparecías "desaparecido" más de tres días, ni rastro de conexión ni un mensaje. No supe cómo hacer. Quizá alguno de nuestros jefes espías podría dar con tu paradero. ¿Quienes son?
¿Soy yo también una espía? Alguien debería haberme avisado.
El caso es que he rastreado de principio a fin la web para encontrar pistas. No sé cual es nuestra conexión ni el enlace que nos hace coincidir. No han dejado rastro. Ellos han borrado las huellas. Pero este mensaje que te envío es para que, con tu anhelada respuesta, pueda constatar que sigues respirando. No sé aún quien eres y empiezo a no saber quién soy yo, si no respondes.
Si crees que la misión es ImPOsIbLe, avisa, tal vez necesitemos refuerzos. No dudes en pedir auxilio y emplearé todas mis energías para rescatarte.
Espero que esta vez puedas respirar fuera del agua y te dé tiempo a lanzar algunas burbujas que nos orienten.
Estamos preocupados, BGV73. No sabemos si el bogavante ha sido el culpable. O quizá... ¿eres tú el bogavante?