Esta mañana llegué a mi mesa de trabajo. Han pasado cuatro semanas desde el último día que estuve aquí.
Hoy al entrar, encontré
la mesa con correspondencia, documentos, hojas y en una esquina, el
calendario que dejé el dieciocho con enero a la vista.
En todos estos días en que no he venido el tiempo ha pasado diferente. He podido descansar, trabajar desde casa y desear mucho la recuperación.
He disfrutado las llamadas, mensajes y
visitas.
Desde mi ventana he visto el sol cada mañana aparecer y, por
la tarde, apagarse frío en rojos violetas; a días, descubrí las nubes blancas entre el azul del cielo y las otras, las grises. A ratos he oído caer el agua y azotar viento, también por las noches. He querido cuidarme más que en otras ocasiones, he sabido cómo yo era parte del movimiento natural
de los días y he apreciado bien mi compañía.
He formado parte del compás que rige la naturaleza
sencilla de las cosas, de la pacífica luz del mediodía o de las tormentas por la tarde.
Quedarse al margen de la vida laboral te sitúa en un limbo de
ausencias. Es el estar sin estar. transitas en habitaciones iluminadas y amables, habitas en recuerdos, te descubres a tí en lo más simple y, sobre todo, esperas.
Si te lo indican, visitas al medico, cumples las prescripciones y acudes al hospital. Y de eso se aprende bien. Allí el tiempo se percibe de otro modo, se mide por miradas intensas, distraídas, atrapadas, solidarias, cómplices, sabias, esperanzadas, desiertas, resignadas... En la sala de urgencias no existe la posverdad ni a nadie le interesa.
Si te lo indican, visitas al medico, cumples las prescripciones y acudes al hospital. Y de eso se aprende bien. Allí el tiempo se percibe de otro modo, se mide por miradas intensas, distraídas, atrapadas, solidarias, cómplices, sabias, esperanzadas, desiertas, resignadas... En la sala de urgencias no existe la posverdad ni a nadie le interesa.
El tiempo “en recuperación” es otro: vives en otra dimensión
para ti y al devenir le eres ajeno.
Hoy, este limbo lo he dejado un poco atrás.
Hoy he vuelto a mi
sitio de trabajo.
En mi mesa dejé un calendario en el mes Enero y alguien, en mi ausencia, ha pasado la hoja. Alguien... aún no sabe que a mí me ha emocionado y me he sorprendido gratamente, a la vuelta.
Ya estoy aquí, Febrero.
(Gracias, Rosi)
En mi mesa dejé un calendario en el mes Enero y alguien, en mi ausencia, ha pasado la hoja. Alguien... aún no sabe que a mí me ha emocionado y me he sorprendido gratamente, a la vuelta.
Ya estoy aquí, Febrero.
(Gracias, Rosi)