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Meseta Castellana
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12/9/11

Esta Guerra de la Independencia es lo que parece.

La historia nos ha enseñado lo que es la lucha por la Independencia.

La Guerra de Independencia de los Estados Unidos fue consecuencia de la gran influencia que tuvieron las ideas de la Ilustración en América.

Más tarde, esta guerra tuvo un gran impacto en el pensamiento político latinoamericano. Fue ejemplo, y modelo, para las colonias hispano americanas.

Casi siempre tiendo a pensar que todas las guerras son inútiles porque no me gustan las guerras.
Así es que he ido elaborando mi propia teoría. Cuando alguien entra en tu territorio sin preguntar, tan solo porque considera que puede apoderarse, en nombre de sus propias normas, por su consideración de superior, de todo lo que es susceptible de explotar, entonces, creo que se empieza a declarar  la guerra. Aunque tan solo quieras defenderte del invasor, estarás inmerso en una guerra que no has buscado y de la que es muy difícil escapar: nadie puede ser dueño de otros territorios que nunca fueron, ni serán suyos. Aquellos territorios tienen su propia ley y se ha de respetar.

Evidentemente, el invasor toma posesión de un territorio y el impulso de la conquista conseguida le hace adquirir formas de dominio hasta que el invadido toma fuerzas.

El problema, sigo pensando, tiene que ver con que es difícil que después del susto, sobreponiéndose a él, alguien quiera estar sometido, viviendo indignamente, sabiéndose considerado inferior.
La ideas pueden ser interesantes para mostrarse intelectualmente convincente y hasta puede distraer la atención. Así ocurrió con la clase dominante en latinoamérica entre los siglos XVIII y XIX. Una cosa es la teoría y otra, la aplicación que le damos.
La Revolución Francesa no fue bien acogida por las colonias hispanoamericanas que consideraban que la igualdad podía darse entre los miembros de la clase criolla, pero no entre criollos, indios, mestizos, negros y mulatos.

La Revolución Francesa fue producto de la Ilustración. Ideológicamente sirvió para justificar los movimientos de independencia aunque no fue la causa última de las guerras independentistas latinoamericanas.
Como causas habituales de que se produzca la revuelta, para el intento independentista, suelen producirse situaciones:
- Exceso de control por parte del invasor.
- Pérdida de libertades como consecuencia de la cantidad de burocracia exigida. (Hay que pedir permisos para casi todo, por escrito,  al invasor). Es imprescindible que el sometido se considere inferior para ejercer el control.
- El invadido no puede optar a tener cargo importante, con un mínimo de  poder y no interesa que tenga voz.
- El desarrollo económico se pretende fundamentar en la dependencia. El sometido ha de trabajar para el que somete. Pero no puede disponer de sus bienes libremente.
- Se ha de financiar el alto nivel económico pretendido por el invasor a costa del invadido.

Saturno devorando a sus hijos para evitar su destronamiento.

Lo más habitual es que cuando hay una rebelión, quien está viendo que se le escapa el poder intentará crear divisiones en los sublevados, procurará mostrar su mejor cara para buscar aliados, se empleará a fondo para no perder todas las colonias, utilizará todos los medios a su alcance para poder seguir controlando lo que considera su territorio.

Quienes actúan desde el poder adquirido injustamente, pueden dirigir su guerra sin mancharse, fuera del campo de batalla,  sin  despeinarse; subidos en su sillón tapizado, dando órdenes a quienes, manipulados, son su instrumento. 

Al fin y al cabo es una guerra, su guerra, donde todo les vale. La manipulación de los inocentes, para quienes son unos invasores desalmados, es un juego de niños que alimenta su propio espíritu sanguinario, el espíritu del poder y del control. Ese espíritu es un monstruo que necesita alimentarse contínuamente.

No me gustan las guerras pero si tengo que justificar alguna, es la Guerra de La Independencia.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Silvia, buenos días.

Comparto plenamente con vos que las ocupaciones colonialistas de territorios conquistados – generalmente – por medio de la fuerza, la guerra, solo se mantienen a través de una solapada, subliminal, guerra permanente.
El sometido, avasallado, no cejará jamás por tratar de recobrar su territorio, y por más tiempo (a veces siglos) que dure esa colonia, la indignación y resistencia del conquistado se trasmitirá de generación a generación y, más tarde o más temprano, esa colonización perderá razón de ser.
Esto ha sido comprendido por países colonialitas como Francia que han comenzado a abandonar sus colonias en el continente americano. Otros como Inglaterra aún se niegan a renunciar a esos territorios ocupados hace muchos años, lamentablemente.
Las guerras por el logro de la Independencia podrán librarse por medios bélicos o diplomáticos, según sean las capacidades para enfrentar al conquistador que tengan esos pueblos sometidos, pero, como bien decís, siempre serán guerras justificables.

Me gustó mucho tu publicación.
Besos
Rik

Silvia dijo...

Gracias Rick. Lamentablemente la independencia, incluso la personal, en ocasiones toca reconquistarla. Persona=Territorio. De eso sabes un rato, seguro. :)
Un abrazo.

Anónimo dijo...

El razonamiento es bueno y se asimila mucho a la realidad, quizá, porque la realidad humana sigue un patrón establecido y, una vez que lo identificas, se ve claramente marcado en todo campo, desde la persona como unidad particular, pasando por el colectivo familiar y hasta llegar al colectivo mundial.
A partir de ahí, y dependiendo de cada situación particular, encontrarás mil y una razones y mil y una actuación para "guerrear" contra ese patrón.
Ahora bien, ¿cual es el patrón que seguimos? Tomando como modelo el que has utilizado, el movimiento de la Ilustración, si ves la declaración de principios, dice:
"Los pensadores de la Ilustración sostenían que la razón humana podía combatir la ignorancia, la superstición y la tiranía, y construir un mundo mejor. La Ilustración tuvo una gran influencia en aspectos económicos, políticos y sociales de la época."
¿Logró algo duradero y satisfactorio? Creo que no. Aunque en algunos o muchos aspectos hemos mejorado también ha tenido un costo creo inasumible, primero en vidas hasta lograr algo, pero además, en perdida de valores humanos básicos para la convivencia que está pariendo esta sociedad actual. No sé si antes del siglo XVIII la vida era o no vida, pero duró milenios. Empezando desde ese siglo y la era intelectual en solo 2 siglos se ha creado un mundo y una sociedad que no creo tenga ningun futuro ni a corto ni largo plazo, salvo que como ya ha sucedido anteriormente suceda una hecatombe, que de alguna manera nos sacuda y meta en vereda por narices.
¿En que radica el problema? En creer que la razón humana puede combatir todo y crear algo global y duradero, cuando la razón humana es quizás el máximo exponente de lo que es efimero e ignorante. A partir de ahí, todo es una misma dirección, YO,SOLO YO, Y NADIE MÁS QUE YO. Unos solo pueden desarrollarlo en su persona, otros, someten el mundo entero.
Posiblemente no entendemos que para que todo avance de manera más o menos positiva, tenemos que estar dispuestos a hacer concesiones, incluso sacrificios personales para contribuir al bien colectivo y sobre todo mucha dosis de humildad. En el caso particular por el que escribes, el matrimonio, en sí la invasión la permites tú al permitir compartir tu vida con otra persona. El problema es el mismo, ya no soy yo, ni tu, sino nosotros. Si no lo entiendes o no asumes eso, se acabó todo antes de empezar y el matrimonio se convierte en el campo de batalla.
Creo que estamos hechos con la necesidad de estar sometidos o guiados, tener una autoridad de referencia. De niños, por los padres. A nadie se le ocurriria dejar al niño al libre albedrío ¿no? Pues de mayor debe ser igual. Pero sometidos o guiados ¿por quien o que? Esa es la cuestión.

Silvia dijo...

Muchas gracias por el comentario. Estupenda reflexión.
Silvia

http://pepapuncelreparaz.blogspot.com/ dijo...

Buenas tardes, Silvia, me alegro mucho que la casualidad te haya acercado a mí blog. Por lo que leo en el tuyo veo que somos personas con inquietudes parecidas. Muchas gracias por los ánimos que me das para seguir. Te buscaré en FB y será estupendo dialogar y compartir.

Un saludo,

Pepa Puncel

Unknown dijo...

Bueno…, que esto ha tomado un cariz que no imaginé!....jajaja

No me considero un erudito (ni mucho menos) para hacer un análisis de la historia de las llamadas “Guerras Independentistas” libradas en el continente centro y sudamericano, ni la de la “Independencia de los EE.UU.”. Tampoco sé demasiado acerca del “Movimiento de la Ilustración” del conocido “Siglo de las Luces”.
Sí he leído con mucho interés en mi juventud las interpretaciones que formula el llamado “Materialismo Histórico” acerca de la evolución de las sociedades y cómo éstas se conformaban en torno a los diferentes modos de relaciones de producción hasta la aparición del Capitalismo. En este caso puedo afirmar (en base a aquellos historiadores) que tanto las guerras colonialistas como las de la luchas por la independencia se han librado por fines económicos. Y no conozco movimiento cultural alguno (como el de Ilustración) que haya revertido esa motivación. Luego de la Revolución Industrial la conquista (no ya de territorios solamente) de las riquezas ajenas se ha convertido en un alud que ha adoptado diferentes formas con los mismos fines.
En este sentido, comparto gran parte del comentario de Anónimo. Los costos humanos y la inequidad han sido desmedidos en comparación a los beneficios.

Punto y aparte, la equiparación de esos fenómenos sociales de “liberación colonialista” con la liberación personal en el contexto de un matrimonio, no me parece muy feliz Silvia.
Por un lado, porque como bien dice anónimo, no es el otro quien nos avasalla en la conquista sino que somos nosotros los que abrimos esa puerta; y por el otro, porque si llega un punto en que sentimos que hemos sido colonizados en ese vinculo de cual necesitaríamos “liberarnos”…, estamos en el horno (como decimos por acá)….jajaja.
En mi modesta opinión, preferiría equiparar un vínculo matrimonial a una “sociedad”, en este caso, una sociedad conyugal.
Como también menciona anónimo, una vez que conformamos una sociedad, ya no somos uno con nuestros pareceres y gustos, sino que somos dos.
Claro está que necio sería negar que las sociedades pueden “funcionar como piezas de relojería”, pero también es frecuente que esas piezas se desgasten, y el reloj deje de marchar!
Se puede intentar “reparar” con actitudes como las que también refiere anónimo cuando dice: “…tenemos que estar dispuestos a hacer concesiones, incluso sacrificios personales para contribuir al bien colectivo y sobre todo mucha dosis de humildad”. Sin embargo, así como en el plano social por más que yo este dispuesto a poner toda mi voluntad para aportar esas actitudes nada cambiará, porque “los hilos” de la evolución económica no están a mi alcance; en el personal respecto de esa sociedad conyugal, suele suceder lo mismo.
Es entonces que ese reloj deja de utilizarse porque ya no cumple su función: dar la hora. Para no continuar con metáforas, esa sociedad puede disolverse en aras de lograr una mejor calidad de vida, propia, y también para nuestros hijos y otros seres queridos.

Para terminar, no acuerdo demasiado con la concepción de anónimo de que estamos hechos para ser sometidos y guiados por una autoridad de referencia.
De niños necesitaremos de esa guía que, como bien dice serán nuestros padres, pero de adultos, bajo ese criterio, no podríamos convertirnos a su vez en guías de nuestros propios hijos ya que cuál o quién sería la nuestra.

Perdón por la lata.
Besos
Rik

Silvia dijo...

Gracias por los comentarios.
Rick, no recuerdo haber mencionado "matrimonio" en los comentarios. Pienso que hay diferentes modelos de relación. En cualquier ámbito de las relaciones, sucede que hay personas que intentan conquistar otros territorios sin pedir permiso, amparándose en la cercanía, en la especial situación que se dé o "relación de poder". En las relaciones de pareja, también. No tiene que ver con el desgaste, es otra historia, más seria. A mi entender. Y que por desgracia ocurre.