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BIENVENIDO

28/11/22

LA NOCHE DE...

La noche de los feos[Cuento. Texto completo] Mario Benedetti 1 Ambos somos feos. Ni siquiera vulgarmente feos. Ella tiene un pómulo hundido. Desde los ocho años, cuando le hicieron la operación. Mi asquerosa marca junto a la boca viene de una quemadura feroz, ocurrida a comienzos de mi adolescencia.Tampoco puede decirse que tengamos ojos tiernos, esa suerte de faros de justificación por los que a veces los horribles consiguen arrimarse a la belleza. No, de ningún modo. Tanto los de ella como los míos son ojos de resentimiento, que sólo reflejan la poca o ninguna resignación con que enfrentamos nuestro infortunio. Quizá eso nos haya unido. Tal vez unido no sea la palabra más apropiada. Me refiero al odio implacable que cada uno de nosotros siente por su propio rostro.Nos conocimos a la entrada del cine, haciendo cola para ver en la pantalla a dos hermosos cualesquiera. Allí fue donde por primera vez nos examinamos sin simpatía pero con oscura solidaridad; allí fue donde registramos, ya desde la primera ojeada, nuestras respectivas soledades. En la cola todos estaban de a dos, pero además eran auténticas parejas: esposos, novios, amantes, abuelitos, vaya uno a saber. Todos -de la mano o del brazo- tenían a alguien. Sólo ella y yo teníamos las manos sueltas y crispadas.Nos miramos las respectivas fealdades con detenimiento, con insolencia, sin curiosidad. Recorrí la hendidura de su pómulo con la garantía de desparpajo que me otorgaba mi mejilla encogida. Ella no se sonrojó. Me gustó que fuera dura, que devolviera mi inspección con una ojeada minuciosa a la zona lisa, brillante, sin barba, de mi vieja quemadura.Por fin entramos. Nos sentamos en filas distintas, pero contiguas. Ella no podía mirarme, pero yo, aun en la penumbra, podía distinguir su nuca de pelos rubios, su oreja fresca bien formada. Era la oreja de su lado normal.Durante una hora y cuarenta minutos admiramos las respectivas bellezas del rudo héroe y la suave heroína. Por lo menos yo he sido siempre capaz de admirar lo lindo. Mi animadversión la reservo para mi rostro y a veces para Dios. También para el rostro de otros feos, de otros espantajos. Quizá debería sentir piedad, pero no puedo. La verdad es que son algo así como espejos. A veces me pregunto qué suerte habría corrido el mito si Narciso hubiera tenido un pómulo hundido, o el ácido le hubiera quemado la mejilla, o le faltara media nariz, o tuviera una costura en la frente.La esperé a la salida. Caminé unos metros junto a ella, y luego le hablé. Cuando se detuvo y me miró, tuve la impresión de que vacilaba. La invité a que charláramos un rato en un café o una confitería. De pronto aceptó.La confitería estaba llena, pero en ese momento se desocupó una mesa. A medida que pasábamos entre la gente, quedaban a nuestras espaldas las señas, los gestos de asombro. Mis antenas están particularmente adiestradas para captar esa curiosidad enfermiza, ese inconsciente sadismo de los que tienen un rostro corriente, milagrosamente simétrico. Pero esta vez ni siquiera era necesaria mi adiestrada intuición, ya que mis oídos alcanzaban para registrar murmullos, tosecitas, falsas carrasperas. Un rostro horrible y aislado tiene evidentemente su interés; pero dos fealdades juntas constituyen en sí mismas un espectáculos mayor, poco menos que coordinado; algo que se debe mirar en compañía, junto a uno (o una) de esos bien parecidos con quienes merece compartirse el mundo.Nos sentamos, pedimos dos helados, y ella tuvo coraje (eso también me gustó) para sacar del bolso su espejito y arreglarse el pelo. Su lindo pelo."¿Qué está pensando?", pregunté.Ella guardó el espejo y sonrió. El pozo de la mejilla cambió de forma."Un lugar común", dijo. "Tal para cual".Hablamos largamente. A la hora y media hubo que pedir dos cafés para justificar la prolongada permanencia. De pronto me di cuenta de que tanto ella como yo estábamos hablando con una franqueza tan hiriente que amenazaba traspasar la sinceridad y convertirse en un casi equivalente de la hipocresía. Decidí tirarme a fondo."Usted se siente excluida del mundo, ¿verdad?""Sí", dijo, todavía mirándome."Usted admira a los hermosos, a los normales. Usted quisiera tener un rostro tan equilibrado como esa muchachita que está a su derecha, a pesar de que usted es inteligente, y ella, a juzgar por su risa, irremisiblemente estúpida.""Sí."Por primera vez no pudo sostener mi mirada."Yo también quisiera eso. Pero hay una posibilidad, ¿sabe?, de que usted y yo lleguemos a algo.""¿Algo cómo qué?""Como querernos, caramba. O simplemente congeniar. Llámele como quiera, pero hay una posibilidad."Ella frunció el ceño. No quería concebir esperanzas."Prométame no tomarme como un chiflado." "Prometo." "La posibilidad es meternos en la noche. En la noche íntegra. En lo oscuro total. ¿Me entiende?" "No." "¡Tiene que entenderme! Lo oscuro total. Donde usted no me vea, donde yo no la vea. Su cuerpo es lindo, ¿no lo sabía?"Se sonrojó, y la hendidura de la mejilla se volvió súbitamente escarlata."Vivo solo, en un apartamento, y queda cerca."Levantó la cabeza y ahora sí me miró preguntándome, averiguando sobre mí, tratando desesperadamente de llegar a un diagnóstico."Vamos", dijo. 2 No sólo apagué la luz sino que además corrí la doble cortina. A mi lado ella respiraba. Y no era una respiración afanosa. No quiso que la ayudara a desvestirse.Yo no veía nada, nada. Pero igual pude darme cuenta de que ahora estaba inmóvil, a la espera. Estiré cautelosamente una mano, hasta hallar su pecho. Mi tacto me transmitió una versión estimulante, poderosa. Así vi su vientre, su sexo. Sus manos también me vieron.En ese instante comprendí que debía arrancarme (y arrancarla) de aquella mentira que yo mismo había fabricado. O intentado fabricar. Fue como un relámpago. No éramos eso. No éramos eso.Tuve que recurrir a todas mis reservas de coraje, pero lo hice. Mi mano ascendió lentamente hasta su rostro, encontró el surco de horror, y empezó una lenta, convincente y convencida caricia. En realidad mis dedos (al principio un poco temblorosos, luego progresivamente serenos) pasaron muchas veces sobre sus lágrimas.Entonces, cuando yo menos lo esperaba, su mano también llegó a mi cara, y pasó y repasó el costurón y el pellejo liso, esa isla sin barba de mi marca siniestra.Lloramos hasta el alba. Desgraciados, felices. Luego me levanté y descorrí la cortina doble. FIN

15/2/17

YA ESTOY AQUÍ, FEBRERO.




Esta mañana llegué a mi mesa de trabajo. Han pasado  cuatro semanas desde el último día que estuve aquí.
Hoy al entrar, encontré la mesa con correspondencia, documentos, hojas y en una esquina, el calendario que dejé el dieciocho con enero a la vista.

En todos estos días en que no he venido el tiempo ha pasado diferente. He podido descansar, trabajar desde casa y desear mucho la recuperación. He disfrutado las llamadas, mensajes  y visitas.

Desde mi ventana he visto el sol cada mañana aparecer y, por la tarde, apagarse frío en rojos violetas; a días, descubrí las nubes blancas  entre el azul del cielo y las otras, las grises. A ratos he oído caer el  agua y azotar viento, también por las noches. He querido cuidarme más que en otras ocasiones, he sabido cómo yo era parte del movimiento natural de los días y he apreciado bien mi compañía.

He formado parte del compás que rige la naturaleza sencilla de las cosas, de la pacífica luz del mediodía o de las tormentas por la tarde.

Quedarse al margen de la vida laboral te sitúa en un limbo de ausencias.  Es el estar sin estar.     transitas en  habitaciones iluminadas y amables, habitas en recuerdos, te descubres a tí en lo más simple y, sobre todo, esperas.
Si te lo indican, visitas al medico, cumples las prescripciones y acudes al hospital.  Y de eso se aprende bien. Allí el tiempo se percibe de otro modo, se mide por miradas intensas, distraídas, atrapadas, solidarias, cómplices, sabias, esperanzadas, desiertas, resignadas... En la sala de urgencias no existe la posverdad ni a nadie le interesa. 

El tiempo “en recuperación” es otro: vives en otra dimensión para ti y al devenir le eres ajeno.
Hoy, este limbo lo he dejado un poco atrás.

Hoy  he vuelto a mi sitio de trabajo.

En mi mesa dejé un calendario en el mes Enero y alguien, en mi ausencia,  ha pasado la hoja. Alguien... aún no sabe que a mí me ha emocionado y me he sorprendido gratamente, a la vuelta.

Ya estoy aquí, Febrero.

(Gracias, Rosi)


12/10/16

EL OBOE DE MOZART EN OTOÑO



El olor a tierra mojada y las nubes densas del atardecer me han traido una de mis piezas preferidas de Mozart: delicada, poderosa, enérgica y emotiva. 




Más Mozart con Arpa y flauta.



11/11/15

OTRA VIDA



Cuando regresó a casa, Luis encontró una nota escrita por Julia:

"Si pudiera, elegiría haber cruzado una mirada contigo, en cualquier sitio y en cualquier momento, mucho antes de lo que lo hicimos. Hubiera guardado todos mis abrazos para dártelos, como ahora te los doy pero mucho antes... Hubiera aprendido a querer con todo el alma y a sentir cómo son los abrazos de verdad. Hubiera reído mil millones de veces más y te hubiera dado todas mis sonrisas.

Habríamos aprendido a ser felices de otra manera. Habríamos llorado gotitas de felicidad con cáda lágrima.

Si pudiera elegir, sería más buena y más segura porque me hubiera confiado al saber que estás a mi lado, siempre conmigo, donde fuera. Hubiera sabido apoyarte y apoyarme en tí, sin pedirlo, que no sé cómo se hace.

Sé que al mirar el horizonte le hubiera visto nítido y transparente, sin nieblas... sin nubes. Hubiéramos buscado el futuro juntos sin mirar nunca atrás. Tú, seguro, habrías viajado más y yo, algo menos.

Me hubiera dejado ser más tuya y menos mía. Te hubiera dejado mis ojos para que te mirases y me hubiera apropiado de los tuyos para que me dieran luz.

No habría habido fríos inviernos, seguro, ni veranos sofocantes que me robaran el aire, ni pesadillas, ni abrazos vacíos, ni besos sin dar, ni silencios oscuros.

Si nuestros caminos se hubieran cruzado antes, nuestro pasado hubiera sido uno y el presente, también nuestro pasado.
Escucha mis recuerdos:


Si volviéramos a nacer, seguro, ya sabríamos encontrarnos.

Te he encontraré.
Abrazos

6/11/15

Los días me llevan a tí.




He estado mirando en el calendario cuándo nos volveremos a ver  para poder disfrutar juntos.

He estado pensando en la cantidad de veces que nos miramos a los ojos... que nos reímos, cuando nos encontramos. Este invierno me gusta.


He estado pensando, mirando por la ventana...  Como si una nube de las que van bajando hasta tocar el suelo, por el peso del  frío y la humedad, pudiera envolverme y llevarme junto a tí.

He mirado a través de los barrotes de mi ventana, de la carretera, de las nubes, del horizonte gris y del frío; he visto la primavera más allá, he visto que nos dábamos la mano por el campo lleno de florecitas blancas, amarillas y lilas. He visto los olivos, los almendros y hasta encinas. Por un momento, he visto que los cerezos también estaban ahí, en una fugaz escena, y me he visto junto a tí.


He seguido mirando,  me he escapado por el tragaluz, subida en un rayito del tímido sol invernal, casi como si pudiera volar atravesando el tiempo. Me he visto haciendo planes contigo para esta primavera, que no ha de tardar. Eso me gusta.


4/9/13

QUIERO QUE LO SEPAS



No sé cómo explicarte que me haces mucha falta. 

Verás, hace más de un año estuve pensando en qué cosas quería tener en mi vida. 
La verdad es que no fue nada difícil: quería tener cerca personas como tú.

El verano pasado fue duro. La primavera vino llena de flores, luz y finalmente se tornó inexplicable. Inexplicable es una palabra que es molesta para mí. 

Llegó el otoño más vacío que nunca, llenó mi casa de silencios, y de huecos, que dejan las risas adolescentes cuando se mudan a otra parte. También llegó la ilusión de retomar mi vida con otras cosas.

Es cierto que hay que saber esperar, es cierto. El tiempo nos trae lo que buscamos si sabemos tener paciencia y los ojos atentos. Se lleva lo que no es para nosotros cuando sabemos decir adiós. 

Quiero decirte que me haces falta, que me haces falta a a mí y a los que te queremos. 
Sé que te abruman estas cosas pero en eso somos muy distintas. 

Quiero que me des mucho de tu fuerza y tu vitalidad, de tu constancia y voluntad, hasta de esa parte dura que muestras.

Sabes que no soy como tú.  Soy diferente pero tú puedes quedarte con lo que quieras que te lo daré. Y que con lo recio tuyo  y lo sensible mío, conseguiremos, ya te lo digo yo, llegar a donde merezca la pena. 
No te voy a contar, que ya lo sabes, todo lo que ha ido sucediendo en este año tan denso. 

Quiero decirte que me alegro, por tí y por mí, de que el tiempo nos haya dado esta oportunidad de poder estar cerca para eso, estar ahí. 

Cuenta conmigo, amiga, que yo cuento ya contigo. 



14/5/13

IMPOSSIBLE





VERSIÓN JAMES ARTHUR


I remember years ago
Someone told me I should take
Caution when it comes to love
I did, I did

And you were strong and I was not
My illusion, my mistake
I was careless, I forgot
I did


And now when all is done there is nothing to say
You have gone and so effortlessly
You have won, you can go ahead tell them


Tell them all I know now
Shout it from the roof tops
Write it on the sky line
All we had is gone now

Tell them I was happy
And my heart is broken
All my scars are open


Tell them what I hoped would be
Impossible, impossible
Impossible, impossible

Falling out of love is hard
Falling for betrayal is worst
Broken trust and broken hearts
I know, I know

Thinking all you need is there
Building faith on love and words
Empty promises will wear
I know, I know


And now when all is gone, there is nothing to say
And if you're done with embarrassing me
On your own you can go ahead tell them


Tell them all I know now
Shout it from the roof tops
Write it on the sky line
All we had is gone now

Tell them I was happy
And my heart is broken
All my scars are open


Tell them what I hoped would be
Impossible, impossible
Impossible, impossible
Impossible, impossible
Impossible, impossible


Ooh, impossible

I remember years ago
Someone told me I should take
Caution when it comes to love
I did

Tell them all I know nowShout it from the roof tops
Write it on the sky line
All we had is gone now


Tell them I was happy, and my heart is broken
All my scars are open


Tell them what I hoped would be
Impossible, impossible
Impossible, impossible
Impossible, impossible
Impossible, impossible

I remember years ago
Someone told me I should take
Caution when it comes to love
I did

25/10/12

DIAGRAMAS DE VENN




Llevo algún tiempo haciendo involuntariamente back up, tal vez ordenando y optimizando mi disco duro (paquete de recuerdos). El equipo va por libre y está reordenando clústers a su manera. 



Es por esto que me vienen a la cabeza cuestiones sin resolver, que son muchas, dicho sea de paso; otras que creía resueltas vuelven con nuevas preguntas y algunas que se presentaban con dudas, pasan de largo sin provocarme dudas. Estas últimas son las menos.

Cuando estaba en la EGB disfrutaba mucho con la teoría de conjuntos, diagramas de Venn y el álgebra de conjuntos (después supe que se llamaba así). Las clases de esta materia eran un oasis para la mente.

En aquella época, los 70 del siglo pasado, los conjuntos eran algo muy importante. El suelo de la clase estaba pintado con uno gigante. Se retiraban los pupitres y nos sentábamos alrededor del conjunto para escenificar la materia con elementos reales. Era divertido.



Aquello se esfumó y tengo entendido que ya no se estudia en los colegios. Sin embargo leo en Wikipedia que es uno de los conceptos más fundamentales en matemáticas. Esta es la pregunta: ¿Por qué entonces ya no se estudia?  

En la Universidad entré en contacto en la asignatura de Cálculo con una materia denominada Topología que tiene relación con la teoría de conjuntos. La idea de partida es interesante: se estudian las propiedades de las figuras geométricas de una manera peculiar.  Es toda una ciencia desarrollada desde no hace tanto y que es verdaderamente útil. Quizá es determinante para fundamentar,  explicar o resolver cuestiones que cotidianamente utilizamos sin preguntarnos más. Esto es lo que me maravilla.

Ilustración de Wikipedia: Teorema de los cuatro colores

He de reconocer que es una de las cuestiones que no acabé de entender del todo y sigue siendo parte de la memoria no resuelta. Cuando hablo con algún estudiante de Ingeniería tengo la costumbre de preguntarle por la Topología. No siempre saben de qué les hablo. 
Así las cosas,  navegan en el mar de mis recuerdos palabras y frases como "homeomorfismo", "teorema de la esfera peluda", "grupos de homotopía", hipótesis de Poincaré"... recubrimiento, subrecubrimiento...

La Topología de Redes es parte fundamental en Informática pero en definitiva, la Teoría de Conjuntos y la Topología, han quedado en mi memoria porque siguen despertando mi curiosidad.





11/10/12

LA MITAD DE LA MITAD


Publicado el
8/4/2009



He estado toda la tarde mirando por la ventana, sin moverme, casi sin pestañear.
Pero solo recuerdo la mitad de todo lo que he visto. Solo la mitad.
Mi madre dejó una nota escrita sin acabar. Fue a media tarde cuando desapareció como un fantasma. Recogió la mitad de sus cosas y salió por la puerta de casa para no volver nunca.Yo tenía ocho años y Rafa, siete.
Olía a jazmín y rosas, la ventana estaba medio abierta y pudimos ver como su silueta se desvanecía ligera,

10/8/12

EL COFRE DE LOS DESEOS




Una de las nuevas posibilidades de Blogger es el estudio del tráfico de las visitas. 
La aplicación almacena las fuentes de tráfico, los buscadores a través de los que se accede a la página y una información que para mí es la más preciada:

En la parte inferior de la página de estadísticas aparece el título: PALABRAS CLAVE DE BÚSQUEDA. 

Es como un cofre de los deseos. 
Los artículos publicados encierran frases, cadenas de palabras, que los usuarios buscan en Google. A través de esas palabras llegan al blog. 

La observación de los textos más buscados me ha llevado a escribir este post. 

Hasta hace unos meses, el texto de búsqueda "argot mexicano"    -un artículo que escribió mi amiga Claudia hace más de tres años-  era el que atraía más visitas. 

Pero desde hace mucho menos, las frases buscadas que se encuentran publicadas en algún post  y que traen internautas al blog son:

"DESEOS QUE SE CUMPLEN"
"QUIERO ESCAPAR DE TANTA HIPOCRESÍA"
"CHARLAS MUY PROFUNDAS NOS LLEVAN MUY LEJOS"
"CUANDO SE CUMPLEN NUESTROS DESEOS"

No entro a diario a ver las búsquedas pero no falla que, siempre que miro, las frases introducidas en Google tengan que ver con DESEOS QUE SE CUMPLEN. 

Imagino a los usuarios escribiendo en Google, como quien se dirige  al buzón que recoge las cartas que viajan a "más allá". 

Tengo una sensación agridulce al abrir el "Cofre de los deseos". 

Me encantaría que todas esas palabras de búsqueda llegaran a esta página, poder recogerlas y tramitarlas de forma urgente para que llegaran "más allá". Sería estupendo que "MASALLÁ" existiera, lleno de todas esas cosas intangibles, inalcanzables en "MASACÁ". 

Imagino que Google debe tener una "nube" inmensa de búsquedas almacenadas: un gran cofre de los deseos de toda la humanidad con acceso a internet. 
El GRAN BUSCADOR Es conocedor de lo que late en la CONCIENCIA COLECTIVA, de dónde proceden esas búsquedas y, probablemente, el detalle de la IP que accede a ÉL. Esto es casi como oír las oraciones de toda la humanidad.


PARADISE. Coldplay: una canción bellísima.




Tengo entendido que las frases más buscadas son similares a estas:

DONDE ESTÁ EL PARAÍSO
ES POSIBLE SER COMPLETAMENTE FELIZ
CÓMO HACERSE RICO
ENCONTRAR EL AMOR VERDADERO
EXISTE EL AMOR INCONDICIONAL
ELIMINAR EL SUFRIMIENTO Y EL DOLOR
TODOS ME QUIEREN
CÓMO HACER BUENOS AMIGOS 
LA GENEROSIDAD DESINTERESADA ES POSIBLE
COMO EVITAR LAS DECEPCIONES
ENCONTRAR TRABAJO BIEN REMUNERADO
CONSEGUIR LA COMUNICACIÓN PERFECTA
CÓMO SABER QUÉ HACER EN CADA MOMENTO
ACABAR CON LA SOLEDAD ES UNA REALIDAD
AMAR SIN CONDICIONES
LA FÓRMULA PARA REÍR POR DENTRO Y POR FUERA
QUIERO ENTENDER A TODO EL MUNDO
CÓMO SE FABRICA LA COMPRESIÓN
...

Espero que se os ocurran muchas más. Podéis enviármelas y las añado. 

Tal vez, acaben cumpliéndose si son muchas las peticiones que llegan al Servidor. 

Mi deseo es que todos encontréis lo que buscáis, aunque no sea en Google.



2/7/12

COSAS QUE PASAN



Hace unos días, recorría apaciblemente el supermercado hasta que un niño de unos tres años empezó a correr de un lado para otro. Desde un extremo del local la madre voceaba su nombre, como un disco rayado:
 - Yeray! Yeray!
El niño se movía entre los murales, tocando los estantes, cambiando de sitio las latas de tomate y guardando a su antojo lo que iba pillando, en una cesta. 
Como un eco que se iba repitiendo con la misma cadencia, seguí oyendo ¡Yeray! pero desde distintos puntos del local. 

El padre acompañaba de manera sincopada, y a modo de canon, la melodía principal que iniciaba la madre. 

En esos momentos reflexioné sobre el nombre de Yeray y las consecuencias para el niño. 


TU NOMBRE (Julieta Venegas y Coti)




En el centro peninsular Yeray puede considerarse un neologismo y, por mi parte, innecesario; totalmente innecesario. Parece que procede del guanche.
¿Qué necesidad hay de llamar a un niño Yeray? 

El niño Yeray era sordo funcional respecto a su nombre que por poco es casi capicúa. 
Es decir, se comporta indiferente cuando se le nombra de forma reiterada.

Yeray suena a personaje de la Guerra de las Galaxias. Este nombre me recordaba al de Yoda que encabeza el consejo Jedi. 

El niño de las "Ys" intuye que algo de Star Wars le asiste y lucha contra los elementos que se ciernen sobre él. 
Papá y mamá parecían dos personas desaliñadas, gritonas y que mostraban gran abandono de sí mismos y hasta de Yeray.

A la señorita cajera le explicaron con detalle la afición que tiene  Yeray por escapar de sus padres.Cada día intenta una nueva aventura sin éxito.

Yeray intenta huir de sus padres y yo, francamente, le entiendo.
........... ...........


En algunos países lo de los nombres es cosa seria. Ya lo creo: 


26/6/12

DONDE HABITA LA MEMORIA

Me fascinan los mecanismos que ordenan o desordenan la memoria. 
Estaba intentando recordar, por el mero hecho de hacerlo, y miro al horizonte para ver por dentro. Una nube se cuelga del hilo del olvido y tira de su infinita madeja; dibuja paisajes que ví, con el pincel del ahora. Retoca detalles y reconstruye el pasado. 

Queremos olvidar y, sin embargo, la película empieza de nuevo y pasa lentamente. 
Necesitamos recordar y no encontramos el camino para llegar al sitio donde duermen los recuerdos.
De repente, sin buscarlo, vuelven las imágenes inesperadamente y nos ocupan un instante... que alargamos. 

Luchamos por ser el presente de otros y acabamos, en el mejor de los casos, siendo recuerdo. Luchamos por no ser parte del olvido.  


"Para que no me olvides" de Lorenzo Santamaría.  


Esta canción es indudablemente parte del recuerdo: éxito del año 1976




Sobre los mecanismos de la memoria:


Aprender a recordar y aprender a olvidar son dos tareas que nos llevan toda una vida. 

25/6/12

MI AMIGA INGRID

Ingrid  llamó a la puerta apresuradamente. 

Abrí con rapidez, ante la urgencia de su llamada, y se abrazó fuertemente, inundándome con sus lágrimas y un sofoco desconsolado. 

- No puedo más. No puedo con las mentiras que hacen daño. No puedo entender a los demás. 

La calmé como pude y estuvimos hablando largo rato. 

Ingrid tiene, a mi modo de ver, un trastorno que le imposibilita llevar una vida socialmente despreocupada. Es una persona confiada y honesta hasta donde se le permite. Sí, así es:  hasta donde los demás lo permiten. 

Ella aparenta ser una persona segura y con personalidad pero debe rastrear y observar las miradas y gestos de otras personas para no ser objeto de tremendos destrozos emocionales. 
Ingrid tiene una inteligencia natural importante pero la falta de ese sentido para detectar la ausencia de verdad, o los comentarios de conveniencia,  le provocan sentimientos dolorosos. 

Suele ilusionarse cuando encuentra a una persona que le dice las cosas de verdad, con el corazón, que dice lo que siente y siente lo que dice. 

Pero ¿cómo puede detectar si esta persona falta a la verdad?

Estuve explicándole que debe huir de quienes repiten una y otra vez que son muy sinceros; que observe a las personas que se manifiestan dudosas, que sospeche de los cambios inesperados, que no confíe en las palabras sino en los hechos. Y, sobre todo, que haga caso de su primera impresión. 

Su inteligencia le permite detectar intuitivamente a los sospechosos. El problema es que solemos desoír demasiadas veces las señales que nos dan los otros. A Ingrid le ocurre eso mismo. 

Esto se acaba complicando porque cuando quiere y aprecia a las personas, confía plenamente en ellas y pierde la capacidad de inventar o de envolver las cuestiones cotidianas con omisiones, mentiras piadosas, incluso olvidos controlados,  que la mayoría de las personas saben utilizar. Ingrid quiere que la acepten a ella misma sin ocultarse detrás de una imagen virtuosa. No puedes abrirte de par en par y confiar en que el otro lo asimile. Eso no puede ser. Ya se lo digo yo. Ingrid tiene un encanto y un magnetismo especial. 

La mentira o la verdad "envuelta" o las medias verdades son parte del aprendizaje colectivo, de los tabúes y las formalidades establecidas. 
Además, la inseguridad y la falta de empatía posibilita que se haga daño juzgando a los otros, a los que confían.







"Todas las culturas están repletas de pequeños gestos cotidianos en los que nadie repara: por ejemplo, el olor de lo que se cuece en los fogones, los horarios que rigen nuestras vidas o la edad media a la que nos casamos; el orden legal de los apellidos o que a algunos bebés, en función de su sexo, les pongan pendientes al nacer. Estas costumbres, tan familiares que parecen anodinas, son las que dan forma visible, enraízan y perpetúan cada cultura. Allí arrancan nuestras prioridades y cómo tratamos a los demás.
...

Estos gestos y estos sentimientos están avalados por el entorno. Los defendemos con pasión porque nos definen y nos hacen similares a otras personas, que a su vez nos conceden su protección y su aprobación. Eso nos ayuda a sobrevivir en un mundo confuso y amenazante. Por ello no solemos cuestionarnos las costumbres de la cultura ambiente, aunque barruntemos a veces que sus usos resultan extraños o injustos; tendemos más bien a justificarlos. De hecho, los psicólogos sociales llevan décadas avisándonos de que nuestro cerebro lo pone todo al servicio de nuestras mentiras interesadas: el inconsciente en el que se agazapan los gestos y las emociones de cada día, la memoria que todo lo reescribe, los latiguillos mentales que disimulan la realidad para que encaje en nuestros guiones.
Sin duda uno de los elementos que distinguen a las culturas más creativas es la capacidad de ir limando y limpiando la podredumbre que se acumula entre sus pliegos; de reescribirse, de reinventarse, de soltar lastres.
...

Cultura es sólo el conjunto de nuestros actos y costumbres. Por sí misma, esta palabra no revela si lo que encierra es bueno o es denigrante y abusivo. Cuando ensalzamos y blindamos el concepto de cultura sin reparar en lo que encierra, todos somos cómplices: los unos, cuando pasamos por alto los derechos humanos básicos y el respeto a la vida en nombre de culturas y tradiciones que son meras tapaderas para crear sociedades de víctimas y verdugos. Los otros, porque ya sólo tienen que llegar y asestar el golpe mientras todos miran hacia otro lado, presas de tabúes engañosos, cómplices y viciados."
Elsa Punset.




18/6/12

LOS DESEOS SE CUMPLEN



Pasaba diariamente por la calle Cerería y veía en el escaparate del pequeñísimo local de Calzados García, aquellas "chanclas" de madera que se empezaron a llevar en los 70. Sujetas con una hebilla al pie y con suela "anatómica" de madera, me parecían extraordinariamente novedosas.


Ese verano, deseaba las chanclas, unas gafas de sol y un cubo con fregona de juguete. 

Imaginaba que podría sentirme muy mayor con esos tres complementos. 

Estar más guapa y limpiar era propio de una mujer que empieza a ser adulta. Supongo que eso pensaba yo. 



Ese invierno había conseguido que los Reyes me trajeran la muñeca Dolly que tenía una ranura en la espalda para introducir unos pequeños discos que proporcionaban voz a la muñeca. 

Empecé a confiar en que los deseos se cumplen y el abuelo me compró las chanclas, el cubo y la fregona; y las gafas.






También me gustaban algunas  cosas de chicos pero no me atrevía a decirlo. Me quedé con las ganas de un futbolín y un Scalextrix. 

Más adelante fui alcanzando grandes objetivos: una cocina con quemadores que se iluminaban y figuraban la llama; baterías de cocina, vajillas con tazas de café, vestidos y discos para Dolly, uñas postizas rojas  y hasta un órgano con teclado de tres escalas, entre otros. 


Era aún una niña y empecé a creer en que los deseos se cumplen. Solo hay que saber qué es lo que queremos desear.

13/6/12

MUSICA PARA MI BANDA SONORA (I)

Una delicada composición, cálida y suave. Al estilo Damien Rice. 
Los hermanos australianos Angus&Julia Stone:




Un conocido tema del irlandés, Damien Rice (Banda sonora de Closer). Recuerdos de la obra de teatro y de la película Closer y más recuerdos... Me quedo con la obra de teatro y con la música.



Sun comes up de John Legend o John Stephens. Estupendas esa voz y esa guitarra sincopada(s)...





Y Homebird de Foy Vance. Me gusta especialmente.
Una preciosa melodía influenciada por el espíritu sureño, con una bonita letra. 






10/6/12

AQUELLOS MARAVILLOSOS 70

La tarde del 16 de abril del 73, la tía Luisa nos dijo que Nino Bravo había fallecido. Yo tenía 9 años pero lo recuerdo muy bien. Nino Bravo me gustaba. Me gustaba su voz, su música y su porte. Me gusta Nino Bravo.


Nino Bravo

Estábamos en el inmenso cuarto de baño. Ella cepillaba mi melena para hacerme una coleta. Después, con un cepillito impregnado en una especie de fijador líquido, repasaba el nacimiento del pelo.
Mi hermana y yo solíamos pasar la Semana Santa con la tía abuela Luisa y el primo Jorge, que tenía unos diez años más que yo. Me gustaba estar por temporadas en aquel piso de la Calle Delicias en pleno Madrid. 

La tía era redondita y achatada por los polos, al menos eso pensaba yo. Rechoncha y de poca estatura peinaba su blanco pelo con un moño italiano como la bisabuela Rosa. Siempre olía bien y llevaba los labios y uñas perfectamente pintados.

Después de saludar a la portera,  subíamos los cuatro pisos de un edificio antiguo, de esos con escaleras anchas e irregulares, con barandillas torneadas y puertas de mirillas enormes.
Al entrar en la casa, recuerdo la oscuridad, el olor a naftalina y al perfume de la tía. Un pasillo distribuía, desde su comienzo,  la cocina y el baño, todo a la izquierda y en el fondo el comedor que a su vez daba paso a otro pasillo. Las baldosas del suelo, que se movían a nuestro paso, sonaban describiendo el recorrido.
A la izquierda, un cuarto de estar y al final, la habitación principal, donde dormían la tía y el primo. Tenía un balcón desde el que se podía ver el denso tráfico y enfrente el Hotel Carlton. 
La tía Luisa quedó viuda bastante joven, con dos hijos. El mayor, el primo Ricardo al que pude conocer, también falleció en la flor de la vida, siendo yo muy pequeña. 
Con ella la vida madrileña era muy distinta a la vida habitual que yo llevaba. Allí no había televisión, se escuchaba la radio, se leía el periódico y por las tardes se iba al cine, casi a diario,  a ver los ferrocarriles en Atocha o a hacer un recorrido en autobús urbano. Alguna vez, el primo nos llevaba a ver cómo despegaban los aviones en Barajas o visitábamos los souvenirs de El Corte Inglés. Siempre solía haber figuras pequeñas, miniaturas de cualquier cosa, y que a él le encantaban. 
Por las mañanas bajábamos al mercado donde comprábamos mortadela italiana y ajetes tiernos, que la tía nos preparaba para cenar.


Al volver de la compra nos tomábamos un aperitivo y planeábamos el día. La tía untaba algo de pan con mantequilla que permanecía en un pequeño recipiente, sumergida en agua, lista para untar y sin amarillear. Me parecía un buen invento. 
Los primeros días visitábamos a los vecinos. La tía nos enseñaba orgullosa a todo el vecindario, a la portera, a los periquitos de la vecina de abajo y nos contaba historias que habían sucedido en nuestra ausencia. 

La tía Luisa lavaba la ropa en la bañera con detergente Punto en pastillas y  subíamos a la azotea a tenderla. Entonces, allí arriba, divisaba enorme la imagen del Carlton; casi podía tocarlo.
Recuerdo imaginar que alguna vez me hospedaría allí, cuando fuera mayor. Me pondría unas gafas grandes oscuras, tacones altísimos y una enorme pamela rosa palo para, del brazo de un apuesto acompañante, que seguro sería mi marido, pudiera caminar por los lujosos salones del hotel. Llegaría de noche, en un descapotable espectacular, el portero de la recepción abriría la puerta del coche y cogería las llaves para aparcarlo. Si era ya tarde cuando subía a la azotea, la imagen de mi llegada al hotel era aún más vívida. Las luces de la noche madrileña me hacían soñar.

Atardecido, salíamos al cine. Vi con el primo Jorge "Las 24 horas de Le Mans" unas dos o tres veces. Recuerdo que cuando salí, miré mis zapatos merceditas y los ví más pequeños que al entrar. Miré mis manos, mis pies, mi ropa y todo lo veía minúsculo. Me parecía que la voz del primo Jorge tenía menos volumen. Era tan grande la visión y el sonido de la gran pantalla que el mundo se reducía durante unas horas, hasta el día siguiente. Llegábamos a casa, cenábamos mortadela (pequeña) italiana a la plancha, revuelto de ajetes pequeños,  en una mesa pequeña, de platos pequeños y dormíamos en una cama pequeña. Cuando me levantaba por la mañana, todo había vuelto a su tamaño normal... hasta la próxima película. 



Las 24 horas de Le Mans


Me gustaba Steve McQeen porque se parecía a mi tío Álvaro. La película me gustaba porque el primo Jorge decía que estaba muy bien hecha y que había que verla varias veces para ver los detalles y la fotografía. Además salía un actor bien guapo y el mundo me parecía enorme detrás de esa gran pantalla. 


La tía Luisa bebía en la comida vino blanco con agua de Lithinés. Nosotros también. Solía preparar algún día puré de patatas CON LECHE, algo que  yo detestaba, pero que había que comer. Nunca supe porqué.


Echo de menos a la tía Luisa, las tardes de cine, las visitas a los vecinos, los ratos de radio, al primo Jorge cantando la música de Mari Trini en francés, los paseos por Madrid, aquella mortadela de Bolonia a la plancha, la visión del Carlton y hasta el puré de patatas CON LECHE.

THE FIRST CUT IS THE DEEPEST

Cuando salió  este tema era el año 1967. La compuso el inigualable y, para mí, inolvidable Cat Stevens. 
Música de fondo en las fiestas de los 70, junto con Morning has broken y otras del mismo autor. 
Me sigue agradando su melodía.

Una versión del tema original, por Sheryl Crow:
Otra versión por Rod Stewart:

La melodía original cantada por Cat Stevens:

9/6/12

UN POCO DE TODO



Me acompañan estos primeros días de Junio...


Libro:





Una delicia para leer.


Música:
Una de cal y otras de arena. (Más abajo)





También:


:


Y que no falte Don Omar, en el coche...  para reírme, con mi hija. 





Hay que reconocer que tienen su puntito veraniego y que incitan a  bailar. 







Y con esta me parto de la risa. El tra, tra, tra... ¿Qué será?

8/6/12

UNA LUNA EN EL HORNO

Cuando Rebeca nació, todos se dieron cuenta que desprendía un olor especial, dulce y tierno, difícil de describir. El olor atraía hacia ella las miradas e incitaba a acercarse, a olerla y a estrecharla; a tocarla. 

Rebeca era como un bollito de leche, suave y esponjoso al tacto. Tan agradable a  la vista como su aroma: su carita era sonrosada, los ojitos risueños y sus labios finamente perfilados eran de un color rojo vivo. 
Como decían los mayores, daban ganas de comérsela. La abuela Celia fue la primera en darse cuenta de que era una niña diferente, no solo por lo dulce y tierno que era su olor.

Rebeca fue creciendo y seguía siendo el centro de atención: su aroma era inconfundible por donde pasaba. No era muy grande y sus ojos oscuros penetraban allá donde miraba como si de unos Rayos X se tratara. 
Lucía una melena cobriza (como el color de un bollito tostado) que lanzaba destellos al iluminarla el sol como ninguna otra y destacaba en su cara una sonrisa muy especial. 

La niña observaba  su alrededor, desde su universo dulce, tan diferente a ella. Imaginaba como sería no desprender ese olor empalagoso que a todos acercaba y acababa empachando. 
Tenía una atracción sobre los demás muy poderosa. Parecía que los brotes de aroma iban acompañados de una sensibilidad, un sexto sentido que atraía a la vez que sorprendía. 
Despertaba la envidia de sus compañeros de colegio pero solía estar a menudo en su dulce mundo rodeada de curiosos.
Imaginaba a otros niños y pensaba cómo se sentirían si les dijeran que parecían un chorizo o un queso, incluso una cabeza de ajos pelada, por el olor. Nadie se acercaría a ellos. 
Sin embargo el ser como un bollito de leche con cierto perfume a mantequilla azucarada, era atractiva e inquietante. La gente acudía a su lado pero acababa apartándose por empalagamiento. 

Música:
Wind of Change (Scorpions)

La abuela Celia, que fue la única en comprender el dulce misterio, falleció cuando Rebeca solo tenía once años. A ella solía acudir desde chiquitita porque la acurrucaba entre sus brazos y le cantaba muy bajito canciones tiernas, y de letras casi ininteligibles, que le transportaban a otras sensaciones y le hacían desprender otros aromas. 
Imagen de una luna: Viaje a la luna (Georges Melies)
Desde los once años, la abuela Celia acostumbraba a visitar en sueños a Rebeca. 
La niña soñaba que descansaba en una especie de horno con una base mullida,  que la protegía y conservaba en perfectas condiciones de temperatura; pero cuando miraba hacia arriba, observaba miles de estrellas y una enorme luna derretida que, con la cara de la abuela,  sonreía tiernamente. 

Una noche, después de muchas otras, la luna habló a Rebeca para explicarle que no la veía muy feliz. 
La abuela Celia, entonces, contó que quería que eso cambiase y que podía concederle un deseo.
Rebeca enseguida quiso decirle que quería dejar de ser un atractivo, oloroso y tierno bollito de leche pero contuvo la respiración y el pensamiento. Decidió reflexionar antes de elegir el deseo ...




Sobre deseos infantiles, ilusiones adultas y Georges Melies

6/6/12

SIN PRISAS

El verano cada vez me gusta más.

He ido evolucionando hacia otros intereses con el transcurrir de los años. Aprecio más la luz y el calor, los ambientes urbanos, la improvisación, disfrutar el momento, bailar con la mente, cierto tipo de música, siempre,  sin prisas:

Tema de Chris Coco


Hay personas que quizá no puedan conocer la trascendencia que su propia creatividad pueda tener. 
Me gusta lo que hace Chris Coco (downbeat-dub reggae). Precursor del estilo Chillout. 

Escuchándolo, una es capaz de transportarse al borde de una piscina, con el mar al fondo, gafas de sol, el martini cerca y, todo esto,  en buena compañía. 

Puedo imaginar una noche cálida y urbana en una terraza a muchos metros de altura, mojito o caipirinha en mano y arriba una inmensa luna rodeada de estrellas. Sin prisas

Es posible plantearse otro tipo de ritmo. Establecer prioridades y ser una misma. Sin prisas.

Bien, antes que mi vestuario prefiero renovar mi armario musical. Es sencillo si disfrutas, como yo, con la música. Me gustan muchos estilos, muchos, muchísimos: según el momento. 

Es cierto que el momento puedo cambiarlo con el tipo de música. De tal manera que la música y el momento interactúan. Uno tiene capacidad de modificar al otro casi de forma milagrosa. El sonido permite desplazarme hasta lugares insospechados, incluso, sentimentalmente. Es una especie de Skype o Face Time que te sitúa a miles de kilómetros emocionales o temporales. 

Qué decir de un libro. Y de una agradable lectura con música de fondo... 

De repente, hay millones de sensaciones y deseos, recuerdos y lugares que puedes recorrer sin desplazarte, tan solo con tu pensamiento. 
Necesitamos llenar la mente de ideas  nuevas, de ilusiones y de aprendizaje.

Hoy ha sido un día lleno de ideas nuevas, ilusiones y de aprendizaje. Disfruté visitando virtualmente lugares lejanos en cuestión de pocas horas; con la compañía de quienes quisieron pasar un agradable rato charlando conmigo, ya anochecido. 

Y hasta me he planteado escuchar Yachts ( A man called Adam Mix) en una playa como ésta, a miles de kilómetros... ¿será la Providencia

                            Bahia Agua dulce (Isla Providencia)


Todo ello, Sin prisas. :))


4/6/12

RAMIRO (II)

Ramiro quedó sumergido en el agua, bajo la lámina superficial, por tiempo indeterminado.

Descubrió que le atraía disfrutar de las casas vacías y de las bañeras llenas de agua muy caliente, a punto de derramarse. Morir ahogado, y en soledad,  le atormentaba.


Por ese motivo, decidía darse pequeños momentos de incertidumbre, elegidos por él mismo, que agitaban su corazón y removían todas sus vísceras. Una mezcla de miedo y de euforia.
Al primer contacto con el agua, recordaba  aquel día que, de la mano de su padre, con apenas un año, resbaló y quedó en la orilla del río, boca abajo, con los ojos abiertos viendo las piedrecitas que inánimes le observaban. Quedó bloqueado, sin poder respirar.
Alguien lo sacó después de un periodo que le pareció interminable.
Lo marcó tanto que amaba y odiaba el agua por igual. Quedó para siempre en su retina ese instante eterno, la transparencia del agua  y límpida visión de las piedras, los reflejos del sol.


Dentro de la bañera, en un edificio de viviendas, al contener la respiración,  escuchaba las conversaciones de otros. Poco a poco, iba cesando la agitación interna y el fluído le permitía relajarse y quedar flotando. Podía entrar en contacto con su yo más profundo.


Consciente de ser un ser lleno de miedos, repasaba uno por uno, todos los temores que debía ocultar cada día para vivir una apariencia de normalidad, de seguridad cotidiana. 


Cuando las tensiones y la contención lo superaba, hacía el ejercicio de inmersión: un alarde de valentía, que acababa convirtiéndose en su salvación.
Enumeraba todos sus frentes por resolver: su miedo a la traición, al engaño, a la deslealtad, al abandono; su angustia a dejar cada mañana su casa, su fobia a volar, la intranquilidad de la oscuridad. Descubría cómo los aspectos novedosos que podían asomar a su vida lo desconcentraban y lo convertían en un individuo débil.
Todos esos pensamientos iban colándose por sus poros llegando a formar parte del agua. 
Al acabar de diluírse, volvía a recomponer todo su yo, empezando desde dentro y terminando por todas las partes de ese enorme cuerpo que lo constituía. 


"Somebody That I used to know".


En  ese proceso final, solía aparecer Alba. Ella formaba parte indisoluble y no resuelta de su propia alma, de su mente, de su yo: "Somebody That I used to know".
Podía sentirla dentro de sí mismo como parte de él pero era incapaz de permanecer a su lado. Era una atracción tan fuerte la que sentía por ella que despertaba sus temores. 


Alba aparecía, una y otra vez, en sus inmersiones, flotando dentro y fuera, convirtiéndose en un fantasma, en un asunto que ni si quiera podía calmar disolviéndolo en el agua. Podía oír su atractiva voz, podía sentirla. 


Alba, sabía bien, tenía otra densidad.