Avila

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Meseta Castellana
BIENVENIDO

28/11/07

Mi "ME GUSTA"

Para empezar, creo que es bueno entrar con un esbozo de lo que es una misma, y el ejercicio de "ME GUSTA" parece ser una buena idea para ello. Siguiendo a mis "compañeras" de viaje, que son filosas puntas de lanza en todo esto del internet bloggero, ahí les va.
Pero antes, quiero avisarles que ya hice algunos "comentarios" a las últimas entradas que aparecen por aquí (las de Susana y Silvia) y sin embargo, todavía aparece como si no no hubiera hecho nada, es decir, dice: "cero comentarios". Bueno, espero que algún día... les lleguen.
Un beso.

CLAUDIA CORONA.

TALLER DE REDACCIÓN Y ESTILO
EJERCICIO: “ME GUSTA”

Me gusta mi silencio y soledad. A veces gozo en compañía de otros silencios y soledades elocuentes. No siempre me gusta la gente, prefiero lugares que me hagan callar. Me deleito en observar lo que mis ojos ven y en lo que no ven también: deleites del ojo que cree y no cree. Degusto el aroma y el sabor del café, recién molido y caliente en una taza redonda; me arrastra el olor a tabaco fresco, el perfume de tierra mojada, los laureles de enorme fronda y ser cautivada por las montañas sagradas.

Me arroba un atardecer ataviado de mil señales: me estremece; me conquistan la llena luna que me alcanza, el mar pleno de aguas antiguas que me mecen y las almas de los niños genuinos, siempre mansas.

Me atraen los libros que me escogen; las personas por mi vida que fugaces pasan dejando huellas profundas en mi corazón; la golondrina solitaria, lustrosa en azul marino, que anidó en mi casa y nunca más volvió; mi gatita hermosa, libre y amorosa, de pelaje sedoso alguna vez andrajoso; y los animales todos, que lecciones naturales siempre me dan.

Celebro la mesa, esa puesta con amor: la comida compartida con los hijos, con todos mis hermanos, los de sangre y los escogidos por opción; paladeo una conversación abierta o dispuesta a abrirse a la diversidad, con mesura, inteligencia y sobretodo honestidad.

Me gusta la simpleza, esta clase de belleza, en todas las cosas, aún en la tristeza. Me siento contenta con las risas sinceras y ligeras; después de los fríos de nostalgias, siempre me complace ver la primavera; me deslumbran los momentos supremos, como el de aquel niño ajeno que tomó mi mano en silencio y se dispuso a mirar, junto a mi mirar, la inmensidad del océano eterno ante mi notoria perplejidad. Pero un poco después de esto, llega un simple, llano y profundo aglutinar: me embelesan su seductor y puro manto y mi llanto interno de alegría descomunal. Cosas extrañas me hacen una sola con lo extraño. Eso me gusta, eso me impulsa.

Me encanta recordar otros tiempos sonoros sin detener mucho mi estancia allí, sólo recojo los tesoros que pudieran hacerme falta aquí. Me gustan las flores silvestres, las pálidas rosas, altares de muertos en multicolor, las piedras grandotas y las de mi bolsa, los adorables y afables artesanos mexicanos y mi espíritu en incipiente verdor.

Me complace mi cuarto, mi habitación, la guarida que vigila el despertar, mi propio cantar y mi canción. Prefiero alimentos vegetales y frutales que son mi mejor variedad; los del mar les siguen los pasos a este estupendo plan. El pan, el vino, el tequila y las tortillas de maíz. Los cereales, las semillas. Leches, quesos, aceites, son mi deleite. Y para de contar. Esto es lo que me alimenta de raíz.

Gozo el movimiento de mi cuerpo, respirar y meditar, son los otros alimentos que vida a mi espíritu rebelde dan; y las letras a parar van a mi mente, que invariablemente en mi corazón también les gusta germinar.

Y finalmente, la música de mi alma: sesentera y setentera, Albinoni en Sarah Brightman, la cubana, la huasteca y la norteña me acompañan; el cine de pasión y lo cursi de ocasión, Julie Andrews y “The Sound of Music” y uno que otro buen revolcón; en fin, las historias que me lleven a un camino de reflexión.

El amor no es suficiente, me gusta vivir amando. Y tú, me sigues gustando. Me gustan los sueños unidos. Me fascina tu mirada limpia desde un principio con la mía en completa fusión. Tu andar solitario y silencio sereno van a tono con lo que aquí llevo dentro, con mi centro en expansión, aunque tal vez sea el mío un silencio más inquieto, quizás uno en confusión. Me gusta envejecer con cuidado y fuerte poder renacer con los años, estando tú a mi lado. Me gusta, sí, en efecto me gusta todo eso de buscar juntos un sentido en este mundo, en estos giros del globo tantas veces... vacíos y raros.

2 comentarios:

Silvia dijo...

He aquí una norteña de pura cepa. Ja ja!!
Aaaaandale ya.
Un abrazo.

jose dijo...

"Me gustan los sueños unidos". Es una frase espectacular. Me ha encantado tu escrito Claudia. Enhorabuena. Jose